¿Te has planteado hacer una sesión preboda y no sabes si realmente vale la pena?
La sesión preboda no es solo una excusa para tener fotos bonitas antes del gran día, sino una herramienta clave para construir una relación sólida entre pareja y fotógrafos. En Recuerdo Visual, siempre recomendamos esta experiencia como un paso esencial dentro de nuestra forma de trabajar, porque nos permite ir más allá de lo técnico: conectar con vosotros.
¿Qué es una sesión preboda?
Una sesión preboda es una sesión fotográfica informal que se realiza semanas o meses antes de la boda. Generalmente se hace en un lugar con significado personal o en un entorno natural, relajado y sin prisas. Es la oportunidad perfecta para soltarse ante la cámara y conocernos sin la presión del día B.
Beneficios principales de una sesión preboda
1. Romper el hielo con los fotógrafos
Aunque parezca que no importa, tener feeling con tu fotógrafo marca la diferencia. Durante esta sesión, nos conocemos, probamos dinámicas y creamos confianza. Esto se refleja directamente en el resultado final: fotos más naturales y auténticas.
2. Perder el miedo a la cámara
Muchos clientes nos dicen al principio: “¡No soy nada fotogénico!”. Después de la preboda, cambian de opinión. Con nuestra guía y buen rollo, aprenderás a disfrutar la experiencia sin pensar en poses forzadas. Nos centramos en captar emociones, no en convertirte en modelo.
3. Crear recuerdos únicos antes del gran día
Las fotos de la preboda son una forma de documentar otra etapa de la relación, más íntima y cotidiana. Además, muchos las utilizan para invitaciones, decoración del banquete o incluso en un slideshow durante el cóctel.
4. Ensayo real para el gran día
Así como se hacen pruebas de peinado o maquillaje, una preboda es la prueba general fotográfica. Aprenderás qué estilo te gusta, qué ángulos te favorecen, y te acostumbrarás al ritmo que llevaremos el día de la boda.
5. Fortalece vuestra complicidad como pareja
Pasar tiempo juntos en un ambiente relajado, alejados del estrés de la organización, os permite reconectar. Las emociones que surgen se traducen en fotos sinceras, con sentido.
¿Dónde y cuándo se recomienda hacerla?
Lo ideal es realizar la sesión entre uno y tres meses antes de la boda. Recomendamos lugares con luz natural, rincones especiales o incluso proponer una escapada rápida a la playa o al campo. Nosotros nos encargamos de buscar la mejor hora, la mejor luz, y el estilo que encaje con vuestra historia.
¿Y si no me convence hacerla?
No es obligatorio, pero sí muy recomendable. En nuestra experiencia, las parejas que hacen preboda llegan al gran día con más seguridad, y se nota. Si aún tenéis dudas, podemos ofrecer una sesión más corta, tipo mini-shoot, para que probéis sin compromiso.
Conclusión
Una sesión preboda no es solo un servicio más, es una inversión emocional. Como fotógrafos de bodas, en Recuerdo Visual buscamos contar historias reales y emotivas. Y la mejor forma de hacerlo es empezando a escribir juntos desde antes del “sí, quiero”.
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